miércoles, 7 de septiembre de 2011

Prefacio.

En el mundo de las hadas, todo es precioso y mágico: está lleno de lagos con aguas cristalinas, donde te puedes encontrar sirenas bellísimas. Los bosques son inmensos, en ellos hay ninfas, duendes, enanos, elfos... Los ángeles se encargan de la salud y seguridad de todos los habitantes. Pero hay veces en las que ellos no se pueden encargar de problemas más grandes y ahí entran las hadas. Las hadas son bellas de por sí. Nacen del Gran Árbol, son traídas en pequeños capullos, como crisálidas. Están ahí como 5 meses, cuando por fin salen, son pequeñas hadas, con sus alas y su mirada risueña. A lo largo de se su vida aprenden a volar y a usar su poder de curación. En este mundo también existe la realeza, donde la que gobierna es La Hada. Este poder pasa de generación en generación. Estas hadas son las que tienen más poder
Hace siglos se colaron humanos en este reino, desde entonces, a los humanos se les asigno una pequeña parte del bosque. Una vez cada mes, se junta La Hada con el que gobierne en ese momento a los humanos (En los libros del mundo mágico a este humano se le llama: El Hombre.), para hablar sobre los problemas que se les vaya poniendo en medio.
La Hada, fue bendecida con una pequeña hada. Pero esta hada era muy traviesa y se metió en la parte del bosque que pertenecía a los humanos. Ahí se encontró con un niño (que era el hijo de El Hombre). Al principio lo dos se asustaron pero la hadita le sonrió y el niño se quedo deslumbrado (aún sabiendo que era una hada). Estuvieron jugando todo el día, al final los dos se tenían que ir, pero, la pequeña hada le dio un beso.
Después de los años volvieron a reencontrarse pero sin saber quien era cada uno.

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